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  • Foto del escritorJeremías Olmedo

Democratización de un Ejército


Para dilucidar de manera más profunda el significado de una Democracia, más esencial que remontarnos a sus postulados originarios y prácticas equivocadas predominantemente griegas, romanas y occidentales en síntesis, enfocados desde un prisma exclusivamente moderno (Ya que incluir civilizaciones predecesoras resultaría más confuso), es concentrarnos en la sencilla y clara articulación semántica de la palabra.


Democracia = Demos-Krátos


Demos (pueblo)


Krátos (poder)


Poder del pueblo.


El sueño de una utopía perfecta, como podría catalogarlo el retorcido enfoque capitalista, le ha servido incluso a sus propios regímenes hegemónicos desde hace siglos para perpetrar un lavado de imagen permanente hacia la sociedad y mantener un esquema de dominación absoluto e inamovible en el marco de una contradicción inminente. Pues de esta manera, la manipulación mediática e instructiva de la realidad permite consolidar los ejes totalitarios individuo por individuo, a través de sus desenvolvimientos más cercanos e inmediatos con el entorno que lo rodea. Cada individuo se convierte en El Estado y en El Capital. Un modelo unilateral, privado de expansión, carente de soporte, preparado desde el capitalismo hacia el capitalismo para proteger y prolongar su enfermedad letal.


Pero los espejismos, mientras más cerca se tienen, más fácil se desvanecen.


La única manera de lograr erradicar esta infección crónica es por medio de la Democracia, impulso inicial para desencadenar en una verdadera liberación. Abortar el engaño repartido por el mundo de forma sostenida por medio de una nueva educación. Y esta educación debe alcanzar todas las esferas de la sociedad, incluyendo a las Fuerzas Armadas, ya que excluir cualquier órgano conjunto del progreso humano engendraría, instantáneamente, más y peores tumores antidemocráticos.


La organización sociable, desde el individuo, atravesando familia y comunidad, requiere de la inclusión directa de la organización militar. Así como el ordenamiento militar necesita una adaptación concreta con las directrices de manifestación civil.


El Ejército, como las demás coordinaciones sociales, debe establecer una Asamblea participativa. Sus principios y ejercicios cotidianos deben ser develados ante la opinión pública abierta y ser discutida cada vez que se requiera.


Es imprescindible que estos principios sean sustentados con el entendimiento prolijo de todos los Derechos Humanos. Sin eufemismos ni discriminaciones, donde la tradición clasista, en su espectro más amplificado, pueda ser definitivamente erradicada. Las capacitaciones humanitarias necesitan permanecer involucradas dentro de todas las divisiones teóricas y prácticas en el proceso de formación militar. Y cada disciplina tendrá que ser capaz de llevar consigo un aprendizaje libre e independiente, sin permitir el vicio del adoctrinamiento, para despertar entre los soldados la facultad de ejercer una perspectiva crítica y reflexiva sobre cada acontecimiento, con el objetivo de conseguir resultados pulcros. Evitando, finalmente, la contaminación externa de posicionamientos.


Junto a la formación militar de combate, siempre deberán incluirse la marcialidad, la investigación y la meditación: Bajo cualquier especialidad técnica humana y tecnológica.


Junto a la formación militar de estructura, siempre deberá incluirse el consenso, la investigación y la meditación: Resolviendo métodos prácticos que conduzcan a resoluciones unánimes.


Junto a la formación militar de cultura, siempre deberá incluirse la diversidad, la investigación y la meditación: Abarcamiento acabado y vasto de estrategia militar mundial a lo largo de la Historia y recopilación de conocimiento científico entre todas las disciplinas.


Cada soldado entonces, de cadete a General, alcanzará las herramientas fundamentales para ser partícipe integral de la Asamblea Militar.


La Asamblea Militar estará compuesta por todas las divisiones de las Fuerzas Armadas. Y, además, cada división deberá contar con su propia Asamblea.


Infantería


Armada Naval


Fuerza Aérea


Cada voz, turno y rol de sus integrantes, desde cadete a General, poseerá el mismo nivel de importancia en cada sesión.


Cualquier resolución deberá contar siempre con un consenso unánime, entre todos y cada uno de los representados en cada sesión.


Mientras no se conforme el consenso unánime entre todas las partes, todas las posibilidades se mantendrán en abstención.


Ninguna decisión será irrevocable, de la misma manera que ningún soldado, de cadete a General, será incuestionable.


En las sesiones todas las representaciones podrán exponer y defender sus enunciados, con el derecho legítimo e ilimitado de la réplica.


Los Ejércitos democráticos y las asambleas podrán trabajar en coordinación desde cualquier parte del planeta. Asegurando, de esta manera, la instauración definitiva de la paz.


El único Comandante en Jefe y líder de las Fuerzas Armadas es la Asamblea Amplia. Donde el Ejército, en todo su conjunto, ocupará el lugar que le corresponde, mano a mano, junto al resto de las representaciones sociales civiles.


La Democracia es inclusiva, por lo tanto, no excluirá ni siquiera a aquellos que decidan excluirse de la participación social, pues el forzamiento de la misma, inevitablemente resultará excluyente.


La Democracia es un bien común, social e individual, donde su consolidación será la consecuencia de un trabajo honrado, difícil y valiente. Todo cambio lo es. Toda rectificación lo es.


El motor nuclear de nuestra especie para una convivencia armónica en plena Libertad ya se encendió. Nosotros somos los responsables de tomarla y darle marcha. Convertirla en la culminación de una economía interminable de progreso.


La era no puede esperar más.


Nosotros somos sus protagonistas.


Y comunicaremos a nuestros hermanos, a nuestros hijos, que este trabajo y lucha no se libra con fines políticos ni ideológicos. Sino para la supervivencia.

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